Se trata de una raza caprina lechera de origen suizo, específicamente del norte del país, del valle de Toggenburg (de donde adquirió el nombre). La Toggenburg fue obtenida a partir de cruzamientos entre cabras gamuzadas de Saint Gall y Saanen. A comienzos del siglo pasado fue introducida a Latinoamérica.
En cuanto a sus características fenotípicas, se puede decir que es una animal de pelaje de color claro u oscuro variando hasta el pardo, con bandas blancas o grises en la cara y patas; corto o mediano, fino, más largo en el dorso y muslos. Su cuerpo es longilíneo, su frente ancha y su perfil recto. Puede admitirse con o sin cuernos, aunque es preferible, por cuestiones de manejo, que los animales se encuentren descornados. Debe presentar orejas cortas, blancas, con manchas oscuras en el centro y rectas. Su cuello es de longitud media, delgado y fuerte. Cuenta con miembros fuertes y bien aplomados. Las ubres de las hembras están bien implantadas de forma globular, de tamaño mediano sin división. Los machos pueden alcanzar un peso corporal de 90 kg. y las hembras de 70 kg.
A pesar de ser cabras, su temperamento es usualmente tranquilo. Se trata de una raza altamente adaptable que puede tolerar bien los lugares y diferentes sistemas de explotación (estabulado o intensivo).
La producción de leche de la Toggenburg es semejante o un poco inferior a la Saanen. Una buena hembra puede producir un promedio de 2 litros diarios y 500 a 900 kg. por lactancia en 275 a 310 días. Presenta, eso sí, un porcentaje de grasa entre el 3 y el 3,5 por ciento. Es decir, su leche tiene un mayor porcentaje de sólidos, lo que la hace preferida dentro de las explotaciones caprinas.
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